CABAÑA AZUL UN SUEÑO CONSTRUIDO CON AMOR
 
Este lugar ha sido mi sueño durante algunos años, me ha dado razones para reír, llorar, enojarme, frustrarme y enorgullecerme, me ha dado la oportunidad de crecer y luchar por lo que quiero.En el inicio del proceso encontré personas que aún recuerdo con cariño y con las que aún tengo contacto, egresados que aunque ya se fueron dejaron su marca en este lugar y por eso siempre serán recordados.
Este proyecto nos dio alas, alas para que nuestras ideas y sueños volaran, no teníamos un límite, soñábamos con jardines verticales, paredes corredizas, paneles solares y hasta terrazas para tomar café, fueron horas de sonrisas y planes, donde cualquier idea era escuchada, un espacio en donde nadie era menos que nadie, no importaba si eras mayor o menor o a que círculo social pertenecías, si querías soñar junto a nosotros eras bienvenido.

​Pero llego el momento de empezar a hacerlo realidad así que nos pusimos a trabajar, a hacer nuestros sueños realidad, ahí empecé a darme cuenta de qué significaba el trabajo en equipo, aprendí que cómo hay personas que se untan por completo y luchan a tu lado por lograr un sueño mutuo y también hay otros que no lo ven como una prioridad, para los que tal vez no es tan importante, los que pueden desertar y con gente así vas a convivir toda tu vida y tienes que saber cómo hacerlo.

Los que han hablado conmigo de la historia del proyecto ya estarán cansados de escuchar esta historia pero es que aun después de tanto tiempo sonrío cuando la recuerdo. Empezamos a tomar medidas para saber con cuanto terreno contábamos y clavamos unas estacas para guiarnos, pero al clavar una del estacas re rompió un tubo que llevaba las aguas residuales de los baños de la cancha, el olor era terrible que nos estábamos ahogando y tuvimos dejar de trabajar por ese día, estábamos tan preocupados pero teníamos tanta risa que se convirtió en una de esas historias que se recuerdan en los reencuentros y como esa hay muchas más.

Llego el momento en que comenzaron a graduarse y el resto a perder el interés, me asuste, me sentía sola, de llegue a sentír que a nadie más le importaba, pensé que todo iba a terminar  pero luego llegaba una minga y me demostraba que perder la cabeza entre semana para que saliera bien, valía la pena, y con sinceridad lo extrañare mucho, vale la pena correr por la epe invitándolos, haciendo carteles y peleando, si el domingo tendré un día lleno de gente hermosa trabajando conmigo para el lugar más hermoso.

En las mingas aprendí que es la epe, vi su esencia, vi su gente, cuando ves como los niños pisan barro mientras juegan y se divierten, cuando los papás sacrifican su fin de semana para pasar tiempo con sus hijos en su espacio, cuando se comprometen con el espacio de sus hijos y se enamoran de la escuela como nosotros, cuando los profesores aprenden junto a nosotros, cuando las personas que nos ayudan en administración, materiales, y cocina trabajan codo a codo con nosotros, hasta el sobrino de Nico viene a ayudarnos, no hay jerarquías, no hay omnisapientes, todos estamos al mismo nivel, todos aprendemos juntos,  somos una familia luchando por mejorar nuestro hogar.

Pero siempre habían momentos de duda, momentos en los que todo se veía imposible, momentos en los que nos llenábamos de frustración, como cuando la cabaña se cuarteo y todos pensábamos que se había dañado, que teníamos que tumbarla y volver a comenzar, yo no podía dejar de llorar le conté a Nicolasa Díaz y con una sonrisa me calmo, me dijo que era normal, que solo teníamos que humedecer el barro y contactar expertos para que nos asesoraran y apoyaran durante el proceso y ellos también se convirtieron en parte de esta familia.

Hoy como egresada y como soñadora de este proyecto les entrego con amor y esperanza las llaves de nuestro esfuerzo y nuestro amor y espero de verdad comprendan lo valioso que es este lugar, esta cabaña tiene nuestro corazón untado entre el barro  y comprendan que este es su espacio también, muchos de ustedes lucharon por él, si aman la epe como yo, cuídenlo, valórenlo, respétenlo y sean parte del sueño. Y le agradezco enormemente a Dino Segura y Rosa Maria Galindo por permitirme soñar con ellos y todo el proyecto, porque este sueño hizo mi vida más linda. 

Les entrego el sueño, el esfuerzo y el amor de muchos, los que iniciamos con el proyecto ya no estamos ahora es turno de ustedes continuar con el sueño, ya no deben construirlo, solo vivirlo, disfrutarlo y enseñar a cuidarlo.
Con todo mi amor les deseo un año increíble, espero cumplan sus expectativas como 13 y disfruten este hermoso lugar que hoy los acoge con amor.

Camila Chacón

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